Por Katia Novella Miller / Beatriz Merell
Octubre 2024.
Es sorprendente ver lo poco que se sabe sobre los origenes del tango que conocemos hoy.
Uno de los hechos prácticamente totalmente desconocidos es que el tango criollo, el que dió lugar al “tango rioplatense” de nuestros días, nació también en Brasil en la segunda mitad del 1800. Y que algunos de sus mayores representantes tuvieron que cambiarle nombre, dejando de usar el nombre 'tango brasileiro' debido a las presiones de las casas fonográficas que querían crear la prercepción, la idea, de un género musical exclusivamente de Brasil, con raíces puramente cariocas. Dejando la palabra tango como una exclusiva de la música rioplatense.
Para muchos la observación que estoy por expresar será como una ducha helada, pero no para los apasionados de Historia. Estos, si son más o menos libres de prejuicios, seguramente estarán de acuerdo de que este hecho se puede entender perfectamente dentro de la lógica de la ideología del nacionalismo, que, como ha afirmado el estudioso chino-irlandés-británico Benedict Anderson en su libro Comunidades Imaginadas (1), nació en (o fue creado para) Hispanoamérica, o sea la ex América Española colonial, a comienzos del 1800. Una naciente ideología profundamente necesitada de símbolos - por lo tanto de fenómenos sociales, culturales, artístísticos - puramente locales, 'nacionales' – aun si para crear estos símbolos era necesario manipular o directamente borrar la verdad, los hechos reales, la verdadera historia.
En Brasil, el tango (2) nació en la misma época de su génesis en la región rioplatense. El investigador Ney Homero da Silva Rocha nos cuenta que las influencias que dieron origen al tango en las zonas colonizadas por los portugueses y los españoles fueron las mismas: principalmente la mazurca, la polca, el vals, el candomblé, las milongas de los payadores (improvisador de versos con guitarra, figura cuyo nombre y cuyas composiciones cambian con las latitudes de Hispanoamérica), y la habanera.
“Entre 1850 y 1895, se producía la génesis del tango con estas influencias, tanto en la región rioplatense cuanto aquí en Brasil, y alrededor de 1870 ya existían en Brasil, composiciones de tango que eran ejecutadas, básicamente, con los mismos instrumentos de los tangos porteños y uruguayos, es decir, guitarra, flauta travesera, pandereta, violín y piano. En esa época, los instrumentos de percusión de origen africano, los atabaques de los primeros tangos originales, ya no eran utilizados y pocos años después también las panderetas fueron retiradas del tango.”
Sucesivamente el tango brasileño evolucionó hacia el maxixe (3) y el choro (4).
Los principales compositores de tango brasileño fueron Ernesto Nazaré y Chiquinha Gonzaga.
“Nazaré resolvió cambiar varias de sus 93 partituras conocidas de tango, para el ritmo del "chorinho", atendiendo a los intereses de las compañías fonográficas, que deseaban transmutar el tango brasileño hacia el “chorinho” y la “samba”. Mientras “el tango rioplatense fue descaracterizándose, con el pasar del tiempo, de sus semejanzas originales con el “chorinho” principalmente a partir de la introducción del bandoneón”, sostiene Ney Homero da Silva Rocha.
Si Nazaré, quien se inició tocando tangos y compuso su primer tango, Cruz perigo, en 1879, decidió transcribir sus partituras de tango al "chorinho" presionado por las compañías discográficas, Chiquinha Gonzaga (5), en cambio, siguió componiendo tangos, tangos–choros, valses, mazurcas, gavotas, polcas y habaneras. Indudablemente Chiquinha Gonzaga merece una líneas más, principalmente por su particular trayectoria femenina, que indudablemente puede horrorizar a muchos “biempensantes”.
De madre mulata y padre portugués, nació en 1847. En 1863, empujada por su padre, se casó con un hombre de la Marina Real de Brasil que no quería que se dedicara a la música. Después de unos años Chiquinha lo dejó y pidió el divorcio. Pero tuvo que dejarle sus dos hijos menores, llevándose consigo solamente a su hijo mayor. Se cuenta que su padre la declaró muerta y prohibió pronunciar su nombre.
En 1870 Chiquinha Gonzaga dejó Río de Janeiro y se fue a vivir a Minas Gerais con un ingeniero con el que tuvo otra hija. Pero como no soportaba sus traiciones, lo dejó y regresó a Río. Y también esa vez tuvo que aceptar de no poder llevarse a su pequeña hija.
En 1876, a los 29 años, Chiquinha Gonzaga trabajaba como músico independiente y comenzó a tener éxito como pianista y compositora.
En 1899, después de décadas de dedicación a la música, conoció João Batista Fernandes Lage, un joven músico portugués y se enamoró de él. Ella tenía 52 años, él 16. Chiquinha lo adoptó como hijo para poder vivir ese amor, evitar escándalos, y para no hacer daño a sus hijos biológicos y no arruinar su carrera.
Para alejarse de las malas lenguas, la pareja se transfirió a Lisboa por un tiempo. Se cuenta que al comienzo sus hijos no aceptaron esa relación, pero luego cambiaron de opinión, cuando entendieron que los dos eran felices y que ese idilio era fecundo para su madre.
Después de algunos años, la pareja regresó a Brasil. Chiquinha nunca admitió publicamente de vivir con João Batista como marido y mujer. Su relación fue descubierta después de la muerte de Chiquinha, en 1935, a través de cartas y fotos de la pareja.
Concluyendo, si es muy probable de que el nombre ‘tango’ desapareciera de la producción musical brasileña debido al afán de las élites políticas y económicas de crear símbolos nacionales exclusivos, un fenómeno como hemos visto, que se propagó de Hispanoamérica a Brasil y al resto de mundo según Benedict Anderson, hay que admitir que sería muy interesante entender – e indudablemente revelador - quienes poseían esas casas fonográficas, para comprender si eran intereses puramente locales o si también estaban involucrados intereses de poderes geográficamente lejanos – como sucedió en el curso de la historia del tango rioplatense, como veremos en mis próximas publicaciones.
Aquí les dejo unos enlaces a dos tangos de Chiquinha Gonzaga.
Gaucho:
Corta Jaca:
Notas:
1. El libro Comunidades Imaginadas de Benedict Anderson es actualmente el libro más leído en el ámbito académico de lengua inglesa.
2. Anteriormente existieron tangos en otras zonas de Hispanoamérica.
3. El maxixe, hispanizado como machicha, conocido también como ‘tango brasileiro’, y a menudo ejecutado como un subgénero del choro, parece que se originó en Río de Janeiro. Según los estudiosos, más tarde el maxixe habría contribuido al nacimiento de la samba y de la lambada.
4. En el siglo 19, la palabra ‘choro’ se utilizaba para el estilo de tocar varios géneros musicales (polcas, valses, mazurcas, habaneras...). Los maxixes eran ejecutados por las bandas musicales de choro.
5. Chiquinha Gonzaga fundó la Sociedad Brasileña de Autores de Teatro para proteger el derecho de autor en 1917; cabe destacar que fue también una activista por la abolición de la esclavitud y por el sufragio femenino.
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